Estación primera: La abeja mitológica

Episodio 1.

Aristeo y la desaparición de las abejas

 

Según la Mitología Griega, de los amores del dios Apolo y la ninfa Cirene…

…nace Aristeo, quien no es inmortal ni humano: es un héroe.

Las ninfas, espíritus en forma de mujeres jóvenes…

 …se hacen cargo de Aristeo, enseñándole el arte de cultivar las colmenas.

 La ninfa Melisa fue la primera en probar la miel y mezclarla con agua, resultando la hidromiel….

 …y se le atribuye ser protectora del pequeño Zeus, a quien su madre Rea salvó de ser engullido por su padre Saturno/Cronos.

Una vez salvado Zeus, junto con sus dioses aliados,ganan la guerra contra los Titanes quienes, debido a su voracidad, impedían al mundo desarrollarse y ordenarse.

 La victoria permitió al mundo acceder a la civilización, el orden y la justicia.

En esta confrontación de fuerzas opuestas, la función mitológica de las abejas consiste en la ambivalencia naturaleza/cultura, ya que sigue siendo salvaje en estado doméstico (su picadura es temible) y doméstica en estado salvaje (produce su miel incluso sin apicultura).

El mundo de la abeja se sitúa, en el confuso punto de unión de diversos órdenes de lo real: el terrestre y el celeste, lo viviente y lo eterno, lo humano y lo divino.

De vuelta al relato mitológico de la creación de las abejas, se narra una catástrofe espantosa: las abejas desaparecen de golpe, lo que convierte a la Profecía de Einstein en una reminiscencia mitológica.

 La angustia de Aristeo es que sin las abejas, el orden cósmico está amenazado, pues lo salvaje invadirá lo doméstico.

 La lectura literal del relato mitológico indica que esta catástrofe es el castigo a Aristeo por causar la muerte de la ninfa recién desposada por Orfeo, Eurídice, a quien se dice perseguía Aristeo con intenciones lascivas.

Sin embargo, del análisis hermenéutico del antropólogo M. Detienne, se llega a otra explicación:

Aristeo evitó que Eurídice -vista como abeja ninfa- corriera el peligro de abandonarse a su amado, en una eterna luna de miel y ninfomanía, desviándose de su destino de ser una buena madre y abeja obrera.

Este mito nos aproxima a la ética de la abeja, según los antiguos griegos:

hay que evitar todo exceso y conservarsiempre la justa medida y el equilibrio entrela naturaleza y la cultura/desarrollo.